EL TRAFKINTUN
EN EL MARCO DE LA COSMOVISIÓN MAPUCHE
Por Juan
Ñanculef Huaiquinao
Investigador
historiador mapuche
Antecedentes:
Uno de los temas
hoy generalmente aceptado en la sociedad global, al menos los estudiosos del
tema indígena mapuche, es que la cultura mapuche contiene en sus principios lo
que hemos llamado la integralidad. Es
tan integral la cultura del Mapu, que no podemos separar ningún tema para
analizarlo, sino es al menos a través de
la cosmovisión del pueblo mapuche. Otro tema previo importante a tener en cuenta
es la data cultural mapuche, es decir tener en mente cuantos años tiene nuestro
pueblo, como cultura, como sociedad, y para ello nos valemos de idioma mapuche,
del mapuzugun, pues la lengua para que haya evolucionado tal como estaba a la
llegada de los españoles, debió de haber pasado muchos años. Han sido miles de años necesario para que
hayamos patentado, ponerle nombre a miles y miles de cosas, proceso de
sustantivación que en mi caso he calculado por mas de 12 mil años, dato que ustedes pueden verificar en mi
trabajo en la página: www.sepiensa.net; La Data Cultural mapuche y Los 12 mil años,
de Juan Ñanculef.
En ese aspecto,
el tema del Txafkintu o Txafkintun no está ajeno a la idea cosmovisional y
filosófica mapuche, toda vez que, lo que nosotros hoy conocemos como el Amor,
el piwkeyewün, el quererse, dicen los antiguos Kimche Mapuche, es un
Txafkintu. Esto es un intercambio de sentimiento
mutuo, primero de afinidad, de empatía,
luego de simpatía y finalmente del Piwkeyewün,
es decir tenerse mutuamente en el corazón. Todo ello en la idea del que si yo quiero al
otro(a), debo por ende querer a todo el
grupo social, esto es el sentido del mundo cíclico, del mundo de la
reciprocidad, de la idea de un querer ser y estar en el otro, como el otro
quiere ser y estar en mi, así se quiere el todo, la naturaleza, el Mapu, el Ko,
el Kürrüf, etc.
Con todo, la noción del mapuzugun del Piwkeyewün, que hoy por comparación o analogía lo
entendemos como quererse o “amarse”, originalmente en la cultura mapuche
no era más que un concepto de intercambio y reciprocidad, Inche Piwkeyeyu — Eymi Piwkeyeyen.
Yo te soy reciproco, como tú me eres reciproco a mí. Tu
estas dentro de mi corazón como yo estoy dentro del tuyo. Ese es pues la base del Txafkintu.
En mis
presentaciones sobre música y canto Mapuche en tantas comunidades mapuche en
los últimos diez años en muchos Lof, he hablado de la importancia del PIWKEYWÜN
y DEL TXAFKINTUN, en forma picaresca y
la gente no solo se sonríe ante lo
pícaro, sino que entiende la gran vedad
y luego muy serio indican, que lo que usted dice Peñi, es verdad, así es, y así ha sido siempre Peñi...me dicen.
Pues claro, si
yo intercambio papas con ají, si inicialmente
la gente intercambiaba Gülliw (piñones)
con Kollof (cochayuyo), los Wenteche llevaban Gülliw a los Lafkenche y los Lafkenche llevaban Kollof a los
Pewenche, y luego de varios intercambios
o Txafkintun, entonces comenzaban muy luego a intercambiar cariño, y venía el sentimiento de uno con los otros, se
conocían, se atendían, se hacían amigos, Peñiwen se decían, (como hermanos se
trataban) y se agasajaban. Cuantas mujeres Wenteche se habrán metido en el
corazón casi literalmente a un Lafkenche, y otros cuantos habrá sucedido con las mujeres Lafkenche respecto de
los pehuenches.
Todo ello en un
ir y devenir del sentido cosmovisional que se tenía originalmente en la cultura
mapuche sobre el TXAFKINTUN, como una institución del intercambio mucho más que
lo meramente económico, y con un fuerte
énfasis social y territorial, de tal manera que todo el
Txafkintun, se practicaba en todo el Meli-Witxan-Mapu.
EL ORIGEN DEL TXAFKINTUN: El mal llamado Trueque:
Hemos sostenido,
que la base de nuestro propio Kimün están en dos grandes principios que vienen
a ser cómo dos grandes fuentes bibliográficas:
Primero la propia palabra ancestral de
nuestra lengua vernácula mapuche, el mapuzugun,
el habla de la tierra que fue generándose en un largo proceso de instalación de
los mapuche en el Wall-Mapu. Sobre esto hemos
elucubrado para explicitar el sentido del habla de la tierra que nace de
la onomatopeya, de la lógica de sonido y
desde donde emerge la necesaria energía
que genera la voz. De donde más podría
ser que no sea de la convergencia de las
moléculas de los 4 elementos, de los meli newen, Mapu, Ko, Kürrüf, y Kütxal, (Tierra, Agua,
Aire y Fuego), de allí emerge pues el sonido, y por ello la base del mapuzugun
es la onomatopeya.
La otra base o
fuente bibliográfica ancestral del saber mapuche son los Epew, lecturas del pasado que en metáforas plantea
una forma de aprendizaje a través de la observación de la naturaleza. En efecto, el Epew de Txeg-Txeg y Kay-Kay es
la metáfora de la instalación del hombre mapuche en el Mapu.
Con todo, es a partir de la palabra la importancia que
adquiere el concepto Txafkintun y constituye la base semántica para entender
desde la palabra, desde el mapuzugun el análisis del concepto. Si nosotros tomamos el concepto etimológico
de TXAFKINTUN, y del análisis semántico segmental, como me dice mi Peñi lingüista,
don Necul Painemal[1]
en mis conversaciones sobre este y otros conceptos, entonces tendremos una
mayor y mejor comprensión del verdadero sentido de la palabra Txafkintun:
·
TXAF = significa
los dos, o nosotros dos, que van acompañados uno al lado del otro. Es el dual,
es el par esencial de la creación.
·
KINTUN = Significa mirada, búsqueda con la
mirada, agrado de ver y de encontrar algo con la mirada. Los ojos, la vista
permite el Kintun.
Por tanto a partir de este análisis tendremos, que
del origen de la palabra misma de Txafkintun tendremos los siguientes
significados:
1. La
mirada de los dos, implica que sólo ENTRE DOS se puede hacer intercambio. Este
es el principio de la paridad, el PAR permanente en la cosmovisión mapuche, de
ahí la importancia del TXAF, LOS DOS JUNTOS.
2. Estamos
mirándonos los dos, lo que implica una mirada afectiva que se genera para el
Txafkintun lo que es reciproca, tu me
das yo te doy, es una empatía permanente.
3. Miremos
los dos?. Como pregunta; el uno invita al otro a un Txafkintun, a buscar y mirar los dos
juntos. Y finalmente,
4. Miremos
los dos; que implica la posibilidad de buscar y de encontrar más y mejor cosas
entre los dos.
En fin, desde
el análisis semántico segmental de la palabra nos encontraremos con una serie
de enfoques que enriquecen lo que
hemos venido afirmando, respecto del
profundo sentido que tiene el concepto y el valor de la palabra Txafkintun.
Todo lo que está
dicho y últimamente escrito en nuestra lengua vernácula, es como si estuviera inscrito
en el derecho natural de miles de años de proceso y evolución del
mapuzugun como lengua mapuche, y si una palabra existe dentro de ella es, porque de ello el pueblo mapuche tuvo una larga
práctica y observación como para instalarla en su propio acerbo. Tanto es así, como que lo que no conoció simplemente
no está en la lengua mapuche, como sucede con el caballo, la vaca y los vacunos en general. Por
eso la importancia de este análisis, pues nuestra lengua tiene la palabra para
indicar intercambio en forma muy especial, asumido desde la idea Cosmovisional
y por ello decimos; TXAFKINTU o
TXAFKINTUN, no meramente como intercambio que no es lo mismo, y menos aún como
Trueque, que implica el mercantilismo, en este caso la palabra Txafkintun no es
mercantil. Esta comparación con trueque ha dañado el verdadero concepto de la
lengua originaria mapuche, pues el Txafkintu no era un fenómeno de la economía
o el intercambio visto desde las
relaciones económicas, sino como una acción humana, un proceso social, donde el
intercambio no es relación comercial, como se le podrá atribuir ahora luego de más de 400 años de intercambio que
tuvimos con los españoles, sino como una reciprocidad de sentimientos. Y no solo de Txafkintun como concepto propio,
sino además por elongación del sentido social,
quienes se intercambiaban habitualmente sus familias, sus linajes, sus
Kimün, su “tótem” como principios epistemológicos propios, lo hacían en el marco de la cosmovisión como
primera idea mental y ontológica del ser mapuche. Tanto era así esto del Txafkintun, que ellos luego de un Txafkintun pasaban a
llamarse mutuamente TXAFKIN en el caso de las mujeres
y he escuchado decirse también entre hombres, aunque en los últimos 100 años
entre hombres se usa el concepto TXAWKI,
pareciera esto en el caso de los hombres una especie de denominación gentilicia de una acción socio cultural y
ritual. Antiguamente podían decirse
Txafkin; entre hombres, entre
mujeres y hombres, entre mujeres y mujeres.
Luego la otra base del saber ancestral o Kimün
Mapuche son los Epew, y en ellos podemos
encontrar mucha metáfora de Txafkintun de intercambio de sabiduría, de Kimün de
elementos de sentido humano, del Chegen,
cuando el Txafkintun se ha adscrito a los animales, como que de tanto
intercambiar un animal con otros tipos de bienes, hoy el animal que en lengua
mapuche se le llama KULLIN, pasó a ser como sinónimo de dinero, del común
denominador que actuó por más de 300 años en la relación comercial española mapuche generado a partir de los Parlamentos,
y que tergiversó el verdadero sentido de un Txafkintun. Tantos Chil-li (Llamas) o tantos Weke (Guanacos) podría costar un lote de género, o tantos Chil-li (llamas), por un caballo o una vaca, fueron
la base de los intercambio de los mapuche con los wigka en el siglo XVII-XIX.[2]
De ahí la
importancia de la noción semántica del Txafkintun en la lengua mapuche, se
externaliza hasta en los animales y plantas, a partir del sentido profundo de
los Epew. Luego esta misma expresión se
pasó al canto, al ÜL, ül, que denota la pronta convicción social y cosmovisional de la
palabra Txafkintu. He aquí el tema del TXAKFIN
ANAY TXAFKIN, que yo les canto mis Peñi con mucha picardía:
“Txafkin txafkin txafkin anay,
Txafkin txafkin txafkin anay,
Txafkin txafkin txafkin anay,
Txafkin piwayu txafkin
anay, Txafkin nuwayu txafin anay,
Txafkin piwayu txafkin anay
Txafkintuafiyu txafkin anay, Txafkintuafiyu txafkin anay,
Txafkintuafiyu txafkin anay,
Gülliw egu Kollof anay, Gülliw egu
Kolof anay, Gülliw egu Kollof
anay,
Cuya traducción debe ser mas o menos la siguiente:
Querida
Txafkin Querida - Querida Txafkin- Querida Txafkin - Querida Txafkin Querida
Nos
haremos y no diremos Txafkin - Nos haremos y nos diremos Txafkin
Intercambiaremos
querida Txafkin - Intercambiaremos querida Txafkin – intercambiaremos
Piñones
con cochayuyo Piñones con Cochayuyo,
Piñones con Cochayuyo
Eso
intercambiaremos querida Txafkin – Eso intercambiaremos querida Txafkin
COMO NACE EL TXAFKINTUN?.
El proceso de
intercambio en la cultura mapuche nació con la estructuración de la cultura
misma, tanto es así, que en la conformación inicial de la sociedad
mapuche, los pasos de instalación en un territorio
dado, permitía el intercambio de Lof completos con otros Lof, a veces debido a cierta
conveniencia agro ecológica, otras veces
por estrategia militar. Luego en la
conformación de la estructura social y política y división administrativa del
país mapuche o Wall-Mapu, estos permitían el intercambio de trofeos políticos,
de banderas, de cargos y simbologías de los cargos, según sea Nagche. Wenteche, Williche, Pikumche, etc., u otra entidad
territorial. El Txafkintu pues da cuenta
de la esencia misma de la cultura mapuche y de su filosofía.
Ancestralmente
hubieron espacios de Txafkintun, espacios de encuentros en varios lugares del
Wall-Mapu cientos de años antes de la llegada de los españoles, los mismos que
mas tarde utilizaron los españoles para intercambiar sus mercaderías por pontxos,
Makuñ, Txariwe, y una serie de
animales, tales como Chil-li o Llama,
Weke o Guanaco, Püzu o Pudú, Choyke y otros tipos de Kullin,
con los mapuche.
El Txafkintu como práctica cotidiana y de recomposición de
la memoria colectiva.
De seguro y
lo más común es que la gente cree hoy que el Txafkintu nació en la relación con
los españoles a partir de la idea de Frontera que se generó en el río Biobío a
partir de los 1.598. Ciertamente esta
relación fronteriza acrecentó un proceso propio y tan propio como nuestra
sangre a partir de esta nueva realidad, y toda vez que no había moneda como
común denominador del intercambio, y aún cuando las hubo, los mapuche no
realizaban intercambio por el valor intrínseco de un bien en el sentido
mercantil, sino por la ventaja comparativa que le daba la moneda de plata que
años más tarde circulaba en forma
natural entre mapuche y españoles. Los
Mapuche preferían que les pagarán en mas
o menos cantidad de monedas por el mismo valor, en 10
chauchas, o 4 monedas equivalentes, pues
la cantidad de moneda le permitía fabricar más cantidad de joyas y sacarle
buenos precios a esas joyas. Es decir a
las monedas españolas, los mapuche le colocaban ya en esos años un valor
agregado, y transformado en Joyas las monedas, volvían pues al mercado del
Txafkintun propio del sentido original, ontológico del mapuchegen, del ser
mapuche. Hay muchos antecedentes que prueban que por la misma cantidad de
monedas y su valor, no habrían logrado ni la mitad de lo que compraban o
TXAFKINTUCABAN por decir así, los
mapuche, con un Joya de plata, que conllevaba la gran creatividad humana del
arte mapuche.
A mediados del siglo XIX, era una
imagen común ver en los territorios de la Frontera – nuestros hermanos
kuifikeche, en grupos de gente mapuche
transitando a uno y otro lado de la cordillera. Durante los Parlamentos
realizados entre la Nación española y la Nación Mapuche, la primera estableció
una serie de agentes únicos que podían relacionarse de manera política y
regular el amplio tráfico comercial entre las dos naciones y entre las comunidades,
entre los Rewe-Mapu, los Aylla-Rewe y los Fütxa-El-Mapu, de ambas lados de la
cordillera. Estos eran los Comisarios de Naciones, los Capitanes de amigos y
tenientes de amigos. Por el lado de la sociedad mapuche, se encontraban los Ñidol
Lonkos o Ulmén y Lonkos comunes de los distintos Lof (territorios). Por el lado
actual chileno el territorio mapuche se denominada Gülu-Mapu y desde el
argentino Puel-Mapu, los Txafkintun eran comunes desde tiempos precolombinos. Controlar el activo comercio entre los dos
lados de la cordillera se convirtió en un imperativo categórico de las
autoridades del lado chileno y trasandino cuando se formaron los Estados
nacionales dominantes, luego lo persiguieron, lo “declararon ilegal” hasta que
terminaron por acabarlo, para instalar o los seudo comerciantes “oficiales”, o
los mercados dominantes del capitalismo vigente hasta los días de hoy.
Se dice que el gobernador de la ciudad de Valdivia en 1766 describía
así la situación:
“ los habitantes de la ciudad continuaban trocando
con los indígenas sus ponchos o mantas y truecan por añil, paños, manzanas ,
como también algún ganado..”2[4]
Es en ese contexto que surge la
presencia del Ñizol Lonko Mañil Wenu, que se transformaría en uno de los Ülmen
que tuvo un mayor tráfico de bienes con
los Lonkos trasandinos. Estos intercambios que también tenían como propósitos
establecer estrategias de subsistencia, con el tiempo fueron generando fuertes
alianzas políticas y territoriales. Uno de los Lonkos más influyentes del Puel-Mapu
fue Kalfukura que mantuvo relaciones simétricas con el Estado Argentino, antes
que éste decidiera invadir el territorio. Kalfukura fue un gran aliado de Mañil
Wenu, éste fue el padre de Kilapán, a quién le tocó organizar, de manera
militar, todos los territorios Wenteche que su padre consolidó con sus alianzas de
intercambio de amistad y alianza.
La ciudad de Valdivia fue un punto importante
de intercambio en la primera mitad del siglo XVII- XVIII, y los mapuche de la región según relata un cronista “venían
todos los días en sus canoas por el río a comerciar y vender carneros,
gallinas, aves nativas, “kollonkas”, huevos azules, semillas, verduras y demás
frutos de la tierra…”, la fuente alternativa de recursos que ofrecían los
mapuche fue crucial en más de una oportunidad, y permitió la alimentación y
sobre vivencia del conquistador por mas de 300 años. Acabaron con nuestros miles y miles de Llamas
o Chil-li, exterminaron nuestros Weke o Guanacos, y nos dejaron sus chanchitos
y corderos llenos de grasa saturada, de colesterol y de diabetes.
Sin embargo se ha persistido en la
práctica y compresión del Txafkintu, y mas allá de su verdadero sentido
Cosmovisional en buena hora, lo estamos recuperando, a propósito de las
semillas, nuestra gente guardaba las
semillas originales y las cuidaba mas que a su propia vida. Lástima esto de la intervención genética de
las semillas, que los wigka están realizando desde hace tanto tiempo, y ya no
encontramos nada que no haya sido manipulado.
Las manzanas para que sean mas rojas y mas duraderas, se le han agregado
una serie de hormonas que no sabemos cual será el resultado del futuro de esta
fruta. Los tomates para que se vean mas
rojo de lo natural, las frutillas, las semillas de trigo, las arvejas, las
lechugas, etc., todos contienen hormonas que hacen uno u otro efecto al cuerpo
humano. Los niños mapuche están
creciendo demasiado, producto de la ingesta desmedida del Yogur, del pollo que
contienen hormonas de crecimiento que traen enfermedades a los huesos y a las articulaciones.
Casi a manera de chiste hoy, mientras
los pobres comen pan blanco, (Incluido los mapuche), los ricos comen pan
integral, con harina no intervenida, pues ellos tienen el capital, para darse
esos lujos. Antiguamente nosotros los
mapuche comíamos el pan integral, sin cernir, comíamos nuestras papas o Poñü
con cáscaras, el Kuwen Poñü enterradas en la ceniza, que sabroso y que sano,
nuestras habas o Awarr, nuestro kachilla o Trigo, nuestro Kawella, todo en forma integral. El mundo está patas arriba, y exactamente al
revés de hacen 400 años, los pobres buscamos el pan blanco intervenido con
quien sabe cuantas hormonas, y los ricos comen todo integral. De ahí la importancia de estos eventos
territoriales de hacer Txafkintun en uno u otro lugar.
Tengamos presente pues, que los
mapuche cuando intercambiaban lo hacían con cariño, con amor a la naturaleza,
con sencillez, no teníamos el vicio del PRECIO, de la comparación del valor y
del costo. Sólo nos interesaba
intercambiar en el verdadero sentido social. El precio, la especulación, la
ganancia del sacarle mas al otro, de estafarlo si es posible; eso nunca
importaba en la cultura mapuche, y de eso se aprovecharon por 400 años en forma
burlesca los Wigka, cuando se daban cuenta que obtenían suculentas ganancias y
rentas, al intercambiar ciertos bienes con los mapuches. Hoy esto aún persiste en el instinto
comercial y en el ADN, del hermano
Wigka.
JUAN ÑANCULEF HUAIQUINAO
Investigador Historiador Mapuche
Temuco,
Junio de 2011
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